Por qué ser de profesor y de Geografía
Ser profesor implica ser un humanista y disfrutar del trato con personas, particularmente con niños y jóvenes. Las relaciones cognitivas y afectivas que establece en la escuela hacen de él un profesional de la educación que tiene como principal compromiso la formación integral de sus alumnos. Sin embargo, los profesores que imparten Geografía en la primaria, la enseñan como una asignatura más que forma parte del currículo escolar.
Al profesor de Geografía le son significativos los procesos naturales y humanos que se llevan a cabo en el espacio geográfico. En la posibilidad de mostrar los cambios, las relaciones y las expresiones entre unos y otros procesos se encuentra el sentido y la justificación de su trabajo como docente.
Ser profesor y de geografía, implica tomar dos decisiones personales; una, permeada por la afinidad y la posición social y cultural que busca como proyecto de vida; y otra, que responde al interés de incorporarse laboral mente en el ámbito profesional de su preferencia. La identidad profesional de los maestros que enseñan Geografía está formada por aspectos como la necesidad de reflexionar sobre la inserción en un campo profesional desde el origen social, la condición de género, las expectativas y concepciones en torno a la escolaridad, el tránsito por la formación y la trayectoria en el ejercicio de la profesión, hasta las opciones de futuro elaboradas desde el presente. 171 Las expectativas que los profesores de Geografía tienen al trabajar en la secundaria son diversas, pero las más reconocidas en orden de importancia son el interés por trabajar con niños y adolescentes, enfrentar un reto académico, adquirir una estabilidad laboral, lograr el reconocimiento profesional, obtener ingresos seguros, tener horarios cómodos, contar con prestaciones sociales y económicas, conseguir ascensos y consolidar una posición social (SEP, 2009).
Los perfiles profesionales
La trascendencia social y cultural del trabajo de los profesores constituye la razón principal de su práctica educativa, la cual requiere de maestros comprometidos con la ciencia, la tecnología y el conocimiento, y también con el desarrollo humano, la mejora económica y la sustentabilidad del ambiente.
La mayoría de los docentes participa en actividades de actualización (que se reconocen como formación continua, posterior a la formación profesional inicial), pero 25% de ellos estima que éstas no satisfacen sus necesidades. Entre ellas destacan principalmente las nuevas tecnologías y las formas de evaluación. Los docentes reciben actualización en forma gratuita, pero aun así no incrementa la formación continua, ya que no se recompensa con incentivos económicos inmediatos ni se traduce en cambios o promociones laborales directas. Otra alternativa de formación continua es la Carrera Magisterial, que se diseñó en 1992 con el propósito de elevar la calidad de la educación; es decir, actualizar a los docentes y, en función de los logros obtenidos, ofrecer promociones económicas. Esta formación continua se ha ido fortaleciendo de manera paulatina en sus propósitos. Actualmente, bajo la Alianza por la Calidad Educativa tiene injerencia en la mejoría académica y económica de los docentes, obteniendo como efecto creciente la promoción y la diferenciación salarial (SEP/SNTE, 2008). Los criterios a evaluar en los docentes que aspiran a la Carrera Magisterial, según los seis niveles que se ofrecen a quienes están frente a grupo con plaza de base, o interina (cuando no tiene titular), son: el desempeño profesional, la preparación profesional, el manejo de planes y programas de estudio, los cursos de actualización tomados, el grado académico y la antigüedad en el servicio educativo.
Las trayectorias en el aula
La trayectoria es el tránsito del maestro desde su formación hasta las prácticas laborales en las que ha intervenido empleando los saberes especializados, producto de su formación y de los intereses y contextos sociales e institucionales de su acción profesional. Se reconoce como trayectoria laboral de los profesores todas las situaciones que se suscitan en el desarrollo de su trabajo docente, donde la forma de tener acceso al empleo, el ingreso económico promedio y los años de servicio son importantes. Sin dejar de valorar su compromiso, actitud, profesionalismo y dedicación observados durante su desempeño laboral. Las formas de tener acceso al empleo recrean y reconstruyen los conocimientos, saberes, prácticas y sentidos del ejercicio docente que se establecen en el interior del grupo profesional. Una condición particular de los profesores es saber que su vida profesional transitará a través del empleo como docente, donde no se vislumbra inicialmente de forma clara y evidente otras tareas que son consustanciales a la docencia, como la investigación de su práctica docente o la adopción de cargos académicos o administrativos que terminan por configurar otras trayectorias profesionales.
Las alternativas ocupacionales de los profesores se van presentando después como parte de sus expectativas de promoción y superación profesional que terminan por descentrar su interés docente, en mayor medida cuando se asumen funciones de gestión educativa. No así cuando se intenta investigar sobre su propia práctica docente. En este sentido, el profesor puede transitar de una práctica docente técnica y empírica, hacia una capaz de articular la teoría con la práctica. El ingreso al servicio docente, según los profesores, debe hacerse mediante el establecimiento de una normatividad rigurosa, con la realización de concursos de oposición, la definición de perfiles profesionales específicos y la garantía de imparcialidad en los procesos de ingreso. Esto es difícil de lograr debido a las condiciones cambiantes de la oferta y la demanda de empleo docente en el país.
Las competencias docentes
El desarrollo de las competencias desde los diferentes paradigmas educativos se basa en posibilitar los aprendizajes por medio de la interacción, donde todos aprenden de todos en forma diversificada, constituyendo ambientes de aprendizaje con contenidos, estrategias, materiales, recursos y situaciones significativas que hacen de cada proceso de aprendizaje, un aprendizaje permanente. El profesor debe participar de manera comprometida, respetuosa y responsable en actividades sociales, colaborativas y comunitarias, como parte de las competencias que corresponden a su formación profesional y de las competencias que debe promover en sus alumnos para su vida presente y futura. Justamente ahí están los retos de los docentes en la enseñanza y el aprendizaje de la geografía, hacia los niños y jóvenes que conformarán las sociedades del futuro.
Cuáles son los principales retos
Adquirir conocimientos en la escuela no aporta ningún beneficio si no se aplican en situaciones de la vida cotidiana de los alumnos, como analizar de manera 183 profunda un problema público, hacer compras en el mercado, decidir dónde y cómo vivir, comprender por qué persiste la desigualdad social dentro y fuera del país o reconocer los cambios en el espacio cercano, entre otras. De acuerdo con el paradigma sociocultural que se promueve en la enseñanza de la Geografía, las actividades docentes se fortalecen en el marco de un proceso de reflexión compartido mediante el diálogo permanente y los retos planteados en el trabajo colaborativo, que impone un pensamiento crítico, creativo e innovador. Los profesores de Geografía deben ser protagonistas en la generación, uso y transferencia de la información y el conocimiento, deben promover el trabajo inter y multidisciplinario, el desarrollo de nuevas estrategias de enseñanza y de aprendizaje, ser capaces de articular la teoría con la práctica y de contar con la habilidad de establecer relaciones transversales con las asignaturas del currículo escolar. Los profesores de Geografía al realizar su trabajo en un contexto espacio tiempo concreto, con alumnos cuyo desarrollo y cultura expresan un conocimiento socialmente validado, con aprendizajes situados que tienen significado a partir de sus prácticas docentes, pueden investigar sobre los procesos mediados en la constante relación con sus alumnos; es decir, reflexionar de manera sistemática y permanente sobre lo que hacen, cómo lo hacen, para qué lo hacen, por qué lo hacen, con qué lo hacen y con quiénes lo hacen. Todavía se requiere mucho trabajo de investigación directa en el ámbito de la enseñanza de la Geografía en el aula. Falta camino por recorrer respecto de cómo los alumnos construyen su propio aprendizaje y enfrentan la tarea de producir su conocimiento.
El aprendizaje se construye a partir de las interacciones personales, donde el diálogo incluyente, igualitario, interactivo y solidario basado en una cultura geográfica colaborativa posibilita producir conocimiento, transmitirlo y usarlo para la vida cotidiana de los alumnos. Los docentes pueden identificar sus procesos de enseñanza, reconocer sus propias prácticas en las teorías y estrategias didácticas que utilizan, seleccionar los conocimientos geográficos que constituyen el núcleo de los aprendizajes, mejorar su calidad por medio de la investigación de la geografía y su enseñanza.
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